viernes, 2 de octubre de 2009

EL DIARIO - Año 14 Edición Nº 4617 Paraná - Entre Ríos - Argentina - Viernes, 2 de Octubre de 2009

Mónica Borgogno

Profesionales de reconocida trayectoria nacional e internacional como Raúl Montenegro, Hugo Gómez Demaio, Mariano Aguilar y Andrés Carrasco, estuvieron el viernes en La vieja Usina, para hablar de plaguicidas, cócteles de contaminantes, malformaciones, aspectos jurídicos en torno a los agrotóxicos, transnacionales y modelos de producción. Ésas fueron apenas algunas de las aristas que bordeó la convocatoria a discutir sobre “Los agrotóxicos: su impacto en la salud y el ambiente”. Andrés Carrasco, director del Laboratorio de Embriología Molecular de la Facultad de Medicina de la UBA, fue uno de los invitados. Antes de su participación, EL DIARIO tuvo oportunidad de dialogar con este investigador. “A las grandes empresas les es más funcional debatir sobre el medio ambiente antes que discutir sobre el modelo de producción”, disparó Andrés Carrasco en un momento de la extensa entrevista. En sus conceptos, deslizó una sutil invitación a redirigir la mirada sobre la problemática de los agrotóxicos.—¿Qué es lo que no se dice todavía acerca de los agrotóxicos?—Hasta ahora parecería ser que el énfasis está puesto en los efectos ambientales, lo cual incluye a la salud humana. Cuando digo ambiente digo agua, tierra, aire, todo.Ese énfasis es correcto para disparar el debate, tiene el efecto de sensibilizar a la sociedad porque en realidad el medio ambiente, incluyendo al humano, sangra por ese lugar, es el efecto que a uno le toca.El problema que yo empiezo a visualizar es que me parece que eso es el daño colateral, resultado de un modelo económico y de producción. Esto lo puedo extender al petróleo, la minería, los agrotóxicos, la explotación de bosques, todos los efectos que uno haga sobre el medio ambiente no son el producto de un capricho de un veneno, es mas diría, que el paquete tecnológico del que se habla en este momento: glifosato y semilla transgénica, en cualquiera de sus versiones no es un invento a priori de un modelo de producción. Esto tiene que ver con el desarrollo de la ciencia. En general y en forma muy sutil, los modelos de producción —esto ha sido así en la Revolución Industrial— han interesado y motivado al desarrollo tecnológico —a la máquina en ese momento, hoy hay cosas más sutiles como la biotecnología por ejemplo—, a desarrollar instrumentos tecnológicos que legitimen y permitan la perpetuación del modelo productivo. Entonces, a mí me gusta decir que si hay 20 millones de hectáreas y 200 millones de litros de glifosato, la culpa no es del glifosato, sino del modelo productivo que necesita usar un paquete tecnológico adecuado a ese modelo de producción intensiva y extensiva.Esto me lleva a pensar por qué nosotros tenemos este modelo productivo, por qué extraemos petróleo y no controlamos, por qué la mina Alumbrera se lleva la pasta con oro, plata, cadmio, etc. prácticamente sin control, por qué van a derretir un glaciar para extraer el oro de San Juan. Por qué Argentina ha sido depredada de esa manera. Aquí la ciencia es el instrumento con lo cual esto se lleva a cabo pero en el fondo hay un problema de colonialidad, hay un problema de aceptar un estado de subordinación soberana a estos modelos productivos que se vienen. En otro momento eran los bancos, hoy es la tierra, agua, los recursos.Una guerra sin espadas.—Ahora, la ciencia …—Es cómplice.—Digo, la ciencia es saber, es poder y en otros países hace pesar su poder…—Sí, pero la ciencia ha ido transformándose en instrumento de dominación. Cuando cae el paradigma de la modernidad, después de la Segunda Guerra Mundial y se empieza a admitir que la historia no siempre avanza para bien, cosa que ya habían previsto los románticos del Siglo XIX y otros como Nietszche, Heidegger, se observa que la modernidad era una utopía, que no era para el bienestar humano sino para la acumulación de poder y eso fue el desarrollo del capitalismo en Europa. En ese sentido, la ciencia se va transformando en instrumento muy sutil y cada vez más brutal y está reemplazando otros métodos de dominación. No usan espadas, pero un paquete tecnológico como agrotóxicos y semilla transgénica, puede condicionar la vida, la salud, el ambiente de todo un territorio y eso es un instrumento de poder muy grande.La ciencia se va quedando sin sujeto y va siendo cada vez más instrumento de un paradigma que no es nuevo pero que se amplía y que es estar al servicio de generar mercancías. Entonces la biotecnología, que podría servir para muchas cosas, está toda enfocada en la producción de mercancías. Esa es una tensión que existe al interior del desarrollo científico-tecnológico porque el paradigma va variando, de una ciencia que prometía mayor bienestar para el hombre a una ciencia que es cada vez más instrumento de guerra y dominación.SUBORDINACIÓN. Si hasta acá los conceptos de Carrasco, son difíciles de digerir, el investigador fue todavía más lejos cuando no sin apasionamiento, planteó que hoy la ciencia “está cada vez más lejos del pensamiento crítico y del vivir en armonía con la naturaleza. Este cientificismo no quiere vivir en armonía con la naturaleza, quiere dominarla, sustituirla”. Que la ciencia esté al servicio de la economía, tal como apuntó, no parece alentador, por ello se le preguntó si acaso el avance de las ciencias sociales puede revertir este panorama.“Las ciencias sociales y más claramente en nuestro país que en otros, ven esto que pasa porque están en contacto con la naturaleza y las personas. En cambio los científicos están metidos en laboratorios y si la plata viene para fabricar vasos, hace vasos y si viene para autos, fabrica autos.Hay una pérdida de libertad académica muy grande, hay condicionamientos externos de la estructura de poder de la ciencia, que es una institución poderosa que distribuye recursos, prestigio y lugares en la sociedad. Si todo eso es cooptado por las demandas de los poderes mundiales --no en vano las grandes farmacéuticas están llenas de ciencias para fabricar cosas para vender--, la que más sufre es la institución universitaria porque la vieja idea de universidad, donde está el pensamiento crítico, va desapareciendo y los científicos son cada vez más técnicos”, fue su respuesta. Y enseguida agregó: “Si no reflexiono mientras estoy produciendo conocimiento y lo único que me importa es lo que me pagan por ese conocimiento, voy a fabricar una bomba atómica y no sentir ninguna culpa o un paquete tecnológico y no sentir culpa. Esa no es la misión del científico. El científico no es un intelectual en esta era moderna pero supo serlo, entendiendo por tal, el lugar donde está el pensamiento reflexivo, donde la pregunta más importante no es qué quiero hacer sino para qué, por qué y hacia dónde”.Para destacarLa trampa. “Uno no puede discutir las cosas que al otro le permiten seguir avanzando sino las cosas que le impiden seguir avanzando. Acá el problema fue no haberse dado cuenta que el paquete tecnológico sustentaba un modelo de producción que era la demanda de un mundo que requería forraje en otros lugares del mundo, y que nosotros éramos los productores a costa de cualquier cosa, enfermedad, contaminación, desertificación”, advirtió el investigador de la UBA.¿Sociedad del conocimiento o conocimiento para la sociedad?La conversación con Carrasco, viró hacia la ciencia, la producción y las responsabilidades políticas en torno a cómo se están explotando los recursos en el país.—¿Cómo definiría hoy a los científicos?—Más como a un técnico y menos reflexivo. Esto no es privativo de la Argentina. Es grande el poder que se mueve alrededor de la producción de conocimientos, la apropiación que hicieron y siguen haciendo los grandes grupos de poder de los espacios de conocimiento. Las universidades están penetradas por las grandes empresas. Es una apropiación institucional que en realidad lo que hace es girar las lógicas de la institución y ponerlas al servicio de ellos.Cuando me hablan de la sociedad del conocimiento, yo digo eso es una mentira. Es una perversión hablar de eso, yo diría conocimiento para la sociedad. Una sociedad del conocimiento está diseñada para proveer las demandas de grandes grupos científicos y el discurso oficial plantea una universidad para transferir conocimiento al sector privado como una ecuación lineal. Todo el sistema de conocimiento puede pasar a ser una dependencia, al servicio del sector privado nacional o transnacional.IRRESPONSABILIDADES. “En Chaco, Santa Fe, Entre Ríos, Corrientes, Misiones, Córdoba vienen haciendo observaciones, en general son médicos con claridad para detectar en el día a día de su profesión y sensibles a variaciones en los impactos que ven en la salud de la población.Es ineludible que algo está pasando. La prueba fehaciente de la ciencia vendría a ayudar un poco, de todos modos no es lo más importante demostrarlo científicamente sino en todo caso, negarlo o no. Y desde algunos sectores del gobierno se está negando el problema. El impacto está. Hay gente que ha trabajado en genotoxicidad y está demostrado cómo afecta, además hay un crecimiento de casos de cáncer que hay que estudiar. Es una barbaridad usar tanta cantidad de químicos para sostener un modelo de producción sin hacer un monitoreo de efectos sobre el medio ambiente. Es una grave irresponsabilidad de los organismos de control del Estado”, cuestionó el docente.Asimismo, durante la entrevista, Carrasco insistió en que el uso de glifosato, no es sólo “un problema de contaminación ambiental”. La cuestión –observó-- es empezar a pensar “cómo estamos explotando nuestros recursos, porque a las grandes empresas como Barrick Gold, Monsanto o quien sea, les es más funcional discutir sobre el medio ambiente antes que discutir el modelo de producción”, y añadió: “Lo importante es admitir el problema que ya no es de un laboratorio, es un problema político. —Este cambio de modelo de producción ¿se viene instalando con el debate sobre la ley de servicios de comunicación y cierta “desconcentración”?..—Usted hizo una pregunta interesante y creo que voy a dejar picando la respuesta.Está todo bien pensar en la salud, el problema es que cuando tengo una infección si pienso en el síntoma estoy remediando, si pienso en la causa, estoy previniendo y prevenir es pensar en modos de producción, no cambiar de herbicidas.

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