martes, 31 de agosto de 2010

Lidia.

Lidia.
No la conozco.
Pero presiento madurez, aplomo y sentido común en su discurso. Las palabras fluyen tranquilas y contundentes.
De ése rostro coqueto y bien cuidado los ojos también hablan, a veces más que las palabras que su boca suelta.
La paz de la verdad la envuelve. No afirma sus frases abundando en la indecible tortura recibida, solo la cita como al pasar, por tener que citarla más que por querer hacerlo. No cae en el golpe bajo de víctima ultrajada (a pesar que lo es).
Se muestra mujer digna dueña de una verdad que rompe muros, que duele; pero como dice el "Nano", lo que no tiene es remedio.

Lidia puede hoy ir por lo suyo.
Por fin la democracia se lo concede.
Y está convencida, esta vez sí.
Lidia no quiere millones perdidos, seres perdidos, años perdidos.
Lidia sólo quiere: VERDAD Y JUSTICIA.
Buscando una dignidad que aunque no se de cuenta, hace mucho que la tiene.

3 comentarios:

  1. Estimado.Todas las vaquitas son suyas, es una barbaridad lo sucedido, fueron despojados de una empresa.
    Pero las cosas claras,en el reportaje se desprenden demasiados lazos con lo peor de la reaccion.Sin ir más lejos se habla de un regalo efectuado por Dudy Graiver a Jorge R.Videla.Sin hablar de que Graiver fue socio del fusilador Manrique y funcionario de Lanusse
    Graiver no era demonio repugnante,pero un santo o un democrata ,mucho menos
    Un saludo cordial

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  2. No se trata de eso amigo Nando, sólo me refiero a la Sra. como mujer y su necesidad de dignidad perdida, que al menos yo estimo, busca para sentirse tranquila luego de todo lo padecido en la vida de mierda que le toca vivir.

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  3. No nos olvidmos que la tragedia de esta mina atravieza de lleno la historia reciente de nuestro pais, por lo tanto nos atrevieza a todos. Con sus impurezas, sus realidades. La totalidad no existe, y en estos casos la neutralidad va de la mano con la impunidad

    Saludos!

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